Carta Abierta a Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea

Le animamos a leer la carta abierta dirigida a Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea. Junto con representantes de think-tanks sobre el libre mercado de toda Europa, presentamos un plan concreto de reformas sistémicas que podrían liberar el potencial de nuestro continente y permitirnos ponernos a la altura de los líderes mundiales.

Estimada Señora Presidenta,

Nos alienta su determinación de luchar por la competitividad de la economía europea. Nosotros, los representantes de los think-tanks sobre el libre mercado de toda Europa, llevamos años dando la voz de alarma: la Unión Europea debe intensificar su juego para evitar convertirse en un outsider global. Pero no basta con hacer sonar la alarma, por eso hoy presentamos un plan concreto de reformas sistémicas que liberarán el potencial de nuestro continente y nos permitirán ponernos a la altura de los líderes mundiales.

El informe de Draghi es claro: el exceso de regulación ahoga a las empresas europeas, y la falta de mercados de capitales y servicios abiertos nos empuja al abismo. Europa está perdiendo terreno frente a EE.UU. y China, lo que resulta cada vez más doloroso. La producción se está trasladando a Asia y Sudamérica porque las normativas medioambientales y de ESG de la UE están elevando los costes hasta el absurdo. Las tecnologías del futuro – inteligencia artificial, computación cuántica y blockchain – se están desarrollando en otros lugares. Hasta el 80% de las transacciones financieras mundiales son gestionadas por fintechs estadounidenses y chinas porque la UE carece de una infraestructura digital competitiva. No se trata de predicciones; esta realidad exige una respuesta inmediata.

Pero la historia nos enseña a ser cautos: los ambiciosos planes de desregulación llevan sobre el papel desde 1995. Nos centramos en soluciones sistémicas que no se ahoguen en un mar de buenas intenciones.

¿Cuál es el problema? La excesiva regulación, la fragmentación del mercado, las barreras comerciales entre los países de la UE, la falta de un mercado único de capitales y la total libertad de servicios son sólo el principio. Los sistemas fiscales inestables y complicados disuaden a los inversores, especialmente a los de fuera de la Unión Europea. Las regulaciones excesivamente celosas en materia de ESG y clima ahogan la innovación y acaban con el sector, haciéndonos menos competitivos en comparación con regiones con menos burocracia.

Nuestras exigencias son concretas, factibles y, de hecho, reducibles a una frase: Europa necesita un mercado libre, no más directivas.

En primer lugar, proponemos acabar con el monopolio legislativo de la Comisión. La centralización del poder de iniciativa en manos de la Comisión aleja a la Unión de los problemas reales de las economías nacionales. Tras votar el proyecto en su parlamento, cada Estado miembro debería presentar a la Comisión reglamentos específicos para su examen y votación en el Parlamento Europeo. Es una forma de que el Derecho de la UE deje de ser una ideología alejada de la realidad y se convierta en una respuesta a los retos cotidianos a los que se enfrentan empresas y ciudadanos, desde Portugal a Polonia. 

En segundo lugar, pedimos que se desbloquee el mercado único de servicios y capitales. La falta de libertad total de servicios y un mercado de capitales no consolidado suponen un freno al crecimiento. La UE debe eliminar las barreras nacionales y comunitarias que bloquean el flujo de servicios, principalmente digitales. Proponemos armonizar las normas para las nuevas empresas tecnológicas e introducir un «pasaporte de capitales» para las empresas que inviertan en más de un Estado miembro. Europa necesita su propio «Silicon Valley», ¡y no lo tendrá sin un acceso fluido a fondos y mercados!

En tercer lugar, estamos a favor de la desregulación frente a una espiral reguladora. Cada nueva normativa genera más costes y complicaciones. Es hora de cambiar de planteamiento. En lugar de multiplicar las normativas, introduzcamos el principio de «una dentro, dos fuera» y una revisión periódica de las normas existentes para comprobar su impacto en la competitividad, con la participación de los empresarios y no sólo de los funcionarios. La burocracia excesiva no protege el clima ni a los trabajadores, sino que destruye puestos de trabajo.

En cuarto lugar, exigimos un enfoque sensato de las ESG y la transición verde. No negamos el cambio climático, pero la actual normativa ESG es como un mazazo a una nuez: demasiado costosa y demasiado ineficaz. Proponemos una moratoria sobre los nuevos requisitos medioambientales hasta que se haya evaluado su impacto en la industria. En lugar de sanciones y órdenes, centrémonos en incentivos: desgravaciones fiscales para las empresas que inviertan en innovaciones ecológicas y procedimientos simplificados para las tecnologías con bajas emisiones de carbono. La producción en la UE debe ser rentable; de lo contrario, se trasladará a lugares donde las normas sean menos estrictas.

Por último – y en quinto lugar – deben ser conscientes de que las recomendaciones aquí presentadas son sólo la punta del iceberg: una selección de las amplias propuestas en las que nuestros grupos de reflexión han trabajado durante años. Las organizaciones que han firmado el llamamiento declaran estar dispuestas a preparar recomendaciones específicas basadas en nuestras actividades analíticas de larga data y en una serie de informes que analizan el entorno jurídico de la economía de la Unión Europea.

Señora Presidenta, Europa se encuentra en una encrucijada. Decidimos reformas audaces: orientadas al mercado, desreguladoras, favorables al desarrollo, o dentro de una década nos despertaremos como un museo económico, recordando con nostalgia los días de gloria. Creemos que, bajo su liderazgo, la UE elegirá el futuro en lugar del estancamiento. Nuestras propuestas no son quimeras: son un plan concreto respaldado por los análisis y la experiencia de los líderes del pensamiento de libre mercado de toda Europa.

Contamos con el diálogo y la acción aquí y ahora.

Warsaw Enterprise Institute

Foro Regulación Inteligente 

Taxpayers Foundation of Europe

Somos Innovación

Conservative Instituté of M. R. Štefánik

Libera Foundation

Prosum Foundation

Economic Freedom Foundation