Liquid Work: Reinventando la Forma de Trabajar en el Siglo XXI

En marzo de 2020, al comienzo de la pandemia, yo era gerente de una empresa en Polonia y aunque mi casa está en España, pasaba en Varsovia gran parte del mes.

Cuando se suspendieron los vuelos ya no pude viajar y tuve que comenzar a trabajar a distancia.

En Abril el pánico había llegado a su cenit y el gobierno polaco sugería que las empresas enviaran a los empleados a trabajar en remoto desde sus casas.

Era una “sugerencia” muy fuerte porque venía acompañada del aviso de que los empleados que no recibieran esa posibilidad podían acogerse al beneficio de baja por enfermedad e irse a su casa de todas maneras.

Los gobiernos saben cómo sugerir.

Pero incluso sin esa ayudita estatal, para mi la decisión no era difícil. La gente tenía mucho miedo, el trabajo podía hacerse desde casa y yo mismo estaba trabajando en remoto. ¿Cuál era el problema?

Conclusión: todo el mundo se fue a su casa y la operación siguió funcionando igual.

Unos 20 días después me llegó desde la sede central un mail del gerente de recursos humanos de todo el grupo en el que nos autorizaba a los gerentes de los diferentes países a enviar a la gente a trabajar en remoto.

Sí, en estos tiempos de cambios veloces y abruptos con frecuencia las decisiones y la capacidad de adaptación de las organizaciones suele ir por detrás de los acontecimientos.

Pero lo más interesante fue lo que pasó para millones de empresas en el mundo a partir de ese momento. Algo había cambiado para siempre.

Cuando lo peor de la pandemia pasó la gente ya sabía que podía trabajar diferente.

Esa transformación se enfrentó con la inercia y la resistencia de muchos directivos en todo el mundo. Y la batalla se sigue dando aún hoy en muchos lugares.

Rebelión en Apple

Un caso que fue paradigmático fue el de Apple, que siempre hizo expreso su deseo de que sus empleados trabajaran presencialmente.

Al pedirle/exigirle a todos en 2021 que volviesen a las oficinas se encontraron, como otras compañías, con una rebelión.

En un mail que se hizo famoso, los empleados de la empresa dejaron en claro que no estaban contentos con la situación.

“La política de trabajo remoto / flexible de Apple y la comunicación en torno a ella ya han obligado a algunos de nuestros colegas a renunciar. Sin la inclusión que brinda la flexibilidad, muchos de nosotros sentimos que tenemos que elegir entre una combinación de nuestras familias, nuestro bienestar y estar capacitados para hacer nuestro mejor trabajo, o ser parte de Apple”.

Básicamente: “o me dejas trabajar en remoto o me voy”.

Pese a que trabajar en Apple fue durante mucho tiempo un sueño para muchísimas personas, estaba muy claro que cualquiera de sus empleados puede conseguir un empleo en cuestión de días en centenares de otras empresas.

O puede trabajar como freelancer o trabajar part time para varias empresas. O incluso puede que desee comenzar alguna pequeña empresa por su cuenta.

La verdad es que en ciertos sectores de la economía los empleados tienen más libertad que nunca y la ejercen sin complejos.

No sucede en todos lados ni con la misma intensidad, este es un caso extremo, pero sí es cierto que el mundo del trabajo está cambiando.

Como escribí en el número anterior, el poder está pasando gradualmente de las organizaciones a los individuos y eso impacta en la forma en la que se organiza la producción y el trabajo.

Todos conocemos casos de este tipo. Muchas empresas y organizaciones están esforzándose por adaptarse.

Hay una combinación de mayor poder para los individuos que se vuelven más importantes para las organizaciones y una serie de cambios en la tecnología y la economía que les da variadas y atractivas opciones.

Opciones=libertad.

Al resultado de esto algunos lo han llamado “liquid workplace”, el lugar de trabajo líquido, por lo flexible que es es.

Pero el tema va mucho más allá.

Liquid Work

No es sólo una forma de trabajo diferente DENTRO de la empresa. Es una forma totalmente diferente de trabajar, con una empresa, con varias o con ninguna.

Packy Mccormick lo llama Liquid Work y su significado real es que lo que se está reemplazando, al menos parcialmente, es el trabajo tradicional de 9 a 5 en la oficina.

No se lo está eliminando de cuajo, pero sí transformando gradualmente y complementándolo con muchas otras modalidades.

Uno de los efectos que tiene el trabajo remoto es que facilita el empleo part time para más de una empresa.

De hecho hay quién trabaja full time para una empresa, pero en remoto, y toma en paralelo y sin que su empleador se entere, otro empleo.

La lógica de esa persona (esté mal o no ese comportamiento) es: “¿si yo cumplo mis objetivos de trabajo, por qué no puedo disponer de mi tiempo?”

Hace unas semanas hice una pequeña encuesta entre mis contactos en Linkedin sobre si este comportamiento (tomar otro/s empleo/s y no avisar) era ético o no.

Quizás sorprendentemente, varias personas indicaron que en su opinión no había problema ético alguno.

Un portfolio de trabajos

El individuo se empodera (en algunos empleos más que en otros), y eso hace que muchos utilicen ese peso que tienen para objetivos hasta ahora impensables.

De la misma manera que un inversor ni pensaría en asignar todo su capital a una sola empresa, ya que representaría un riesgo demasiado alto, las personas con suficiente influencia en función de su capacidad o talento, comienzan a ver a sus empleos como apuestas o inversiones.

La clave son las opciones. A más opciones, más beneficios potenciales de elegir.

Un empleo full time pasa a tener un costo de oportunidad elevado, porque elimina todas las demás oportunidades económicas disponibles.

Y las alternativas no son solamente otros empleos paralelos y part time. Hay algo más.

Una forma de organización nativa de Internet juega un papel central en esta transformación: las DAO.

«Empresas» del futuro

Una DAO es una organización descentralizada autónoma. En términos más simples: una especie de empresa, pero que no tiene jerarquías como una firma tradicional.

Sus dueños son los participantes y las reglas de funcionamiento no dependen de una o varias personas, sino que están definidas de antemano (programadas) y se ejecutan automáticamente.

La primera DAO fue Bitcoin, ya que en su funcionamiento nadie es el jefe de nadie, sino que todos actúan de acuerdo a ciertas reglas que fueron definidas en el comienzo y que se ejecutan automáticamente.

Esa es la forma en la que se generan nuevos Bitcoins (se “minan”), se establece el límite a minar en cada período y se lleva el registro de todas las transacciones de la red. Por eso es autónoma y por eso no requiere de confianza entre los miembros para funcionar.

Actualmente hay muchas DAOs para diferentes propósitos y se crean más todos los días. Es una forma de organización completamente diferente a lo conocido hasta ahora, que recién comienza a hacer su camino pero que tiene un potencial enorme.

Aunque el funcionamiento es autónomo, los participantes son dueños de partes de ellas. Son poseedores de “tokens” que son como cuotapartes de esta sociedad y que les permiten incidir o decidir aspectos del funcionamiento.

Hay DAOs que se crean para comprar activos específicos, para invertir en una cartera de acciones o para desarrollar un software.

En teoría pueden usarse para casi cualquier cosa que pueda hacerse online.

Lo importante es que es una forma diferente y nueva de colaborar. Especialmente compatible con la idea de Liquid Work.

Gente que se reúne para colaborar con un proyecto, se involucra full time, part time o con la dedicación que quiera, incide en las decisiones que se toman y participa, al mismo tiempo, en otros proyectos diferentes.

La síntesis de todo esto: el empoderamiento del individuo no quiere decir que todos vamos a estar solos creando cosas totalmente aislados.

Al contrario, las formas de colaborar son mucho más amplias, están potenciadas por la tecnología y son también más flexibles.

Crear y vender productos o servicios en el futuro (inmediato) no va a requerir necesariamente organizaciones tradicionales.

No hace falta que aclare que esto está aún en su infancia, aunque crece rápido.

Sí se puede ver que va a ser una parte importe de cómo se organice la economía en los próximos años y que nos va a dar más libertad para producir y comerciar con otras personas.

Tampoco hace falta aclarar que no todas las organizaciones van a tener esta forma. Para algunas cosas funcionará bien y para otras no.

La empresa tradicional tiene todavía muchísimo recorrido.

Solamente el tema de las DAOs daría para varios artículos, pero en este caso sólo quería mencionar el tema como un potenciador de esa forma de trabajo líquido que está transformando el mundo laboral.

No va a ser la última vez que lo mencione, por supuesto :-).

¡Que tengan un gran fin de semana!

 

Fuente: Econamics